IGLESIA DE SANTA MARIA DE LAS GRACIAS
LA IGLESIA ANTIGUA
La construcción de la iglesia de Santa Maria de las Gracias y del convento de San Giovanni Rotondo, se inició en 1538 por obra de los habitantes de San giovanni rotondo (FG), con la aprobación del Obispo de Siponto, el cardenal Giovanni Maria del monte, San Sabino (papa Julio III). Iniciaron su construcción en 1540 y la finalizaron en julio de 1676.
El 1° de febrero de 1557 alojó a San Camillo de Lellis.
Antes de entrar podemos admirar sobre la puerta una luneta, elemento arquitectónico en forma de medio círculo, donde están representados la figura de la Virgen y el niño, San Francesco y San Miguel Arcàngel.
Entrando a la capilla de frente, vislumbramos el altar y una estupenda pintura de la Virgen de las Gracias; este cuadro es parte de un tríptico con San Giovanni Battista, patrón de San Giovanni Rotondo y San Paolo.
A la derecha se encuentra un pequeño altar con la estatua de San Francisco, que entre 1945 y 1959, utilizaba Padre Pio para las celebraciones eucarísticas. Está rodeado de una barandilla para permitirle al santo celebrar, y para impedir que los fieles se acercasen demasiado a El.
Al lado se encuentra el altar de San Felice de Cantalice en el cual se encuentra un lienzo pintado al óleo que representa a la Virgen que entrega el niño a San Felice y dos ángeles para coronarlo de rosas.
El altar de la inmaculada lo encontramos a la izquierda, entre el presbítero y el confesionario, donde domina un cuadro al óleo en el que se ve “El padre eterno cubriendo con un manto a la virgen”. Hay también varias pinturas murales (frescos) de diferentes órdenes franciscanas en el cielo raso de la iglesia.
Una última cosa particular para ver en la antigua capilla es el crucifijo del coro, donde Padre Pio se dirigía siempre que terminaba la eucaristía para hacer la plegaria de acción de gracias.
Para verlo de cerca es necesario hacer un recorrido que inicia desde la cripta de la nueva iglesia de Santa Maria de las Gracias.
Desde el 30 de octubre del 2002 en esta iglesia es posible tener la indulgencia plenaria que establece la posibilidad de cancelar la pena temporal de un pecado; en otras palabras los pecados que se deberían cumplir en la tierra con oraciones y penitencias, o en la otra vida con el purgatorio. El pecado tiene, en efecto, dos consecuencias: la condena eterna- que se cancela con la confesión- y precisamente, la pena temporal. La indulgencia plenaria permite, a quien se beneficie, liberarse de las consecuencias del pecado no purificado de las confesiones.
Para adquirir indulgencia plenaria es necesario cumplir tres condiciones: confesión sacramental, comunión eucarística y oración según la intención del sumo pontífice. Se requiere que sea excluida cualquier afección al pecado, incluso venial.
Pueden beneficiarse todos los creyentes que visitan piadosamente la iglesia Santa Maria de las Gracias y participar de cualquier celebración en honor a San Pio:
- En la solemnidad del día del titular de la iglesia (el 9 de septiembre)
- la víspera de la memoria litúrgica de San Pio de Pietrelcina el (23 de septiembre)
- una vez al año, en un día elegido por los fieles o también cada vez que acceden en grupo, como peregrinos.
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