CASA ALIVIO DEL SUFRIMIENTO
Fue inaugurada el 5 de mayo de 1956. El mundo entero fue informado de este fenomenal acontecimiento, mediante los grupos de oración y de la prensa. Quince mil personas asistieron a San Giovanni Rotondo y entre tantos presentes había numerosas autoridades religiosas, civiles y militares. Su eminencia Giacomo Lercaro, el cardenal de Bolonia, representaba a la iglesia de Roma, por el estado estaba presente el presidente del senado Cesare Mezagora y el ministro Giovanni Braschi. Participó el ministro general del orden sacerdotal, el padre Beningno da Sant’Ilario Milanese. Después de la intervención del cardenal Lercaro, Padre Pio dio un discurso memorable en el cual indicaba los lineamientos principales de su obra terrena.
Padre Pio define su propia obra como una criatura de la providencia.
El año siguiente, el mismo Padre Pio le pide al Papa Pio XII que, a su muerte, la sede Apostólica aceptase en donación todos los bienes de su obra hospitalicia. El santo padre acepta la solicitud.
El hospital contaba con doscientos cincuenta puestos de cama, divididos entre la sala de cirugía, urología, medicina, cardiología, ortopedia, traumatología, pediatría, obstetra, ginecología y además estaban los servicios de radioterapia, laboratorio de análisis, centro de transfusión, tres salas operatorias y una sala de parto. La víspera de Corpus Domini Padre Pio llevó en la procesión, el santísimo cristo por todas las salas. Otras veces volvió a visitar los enfermos, para gestionar un bautizo o para celebrar la misa. Numerosas fueron las obras de beneficencia donde Padre Pio asistió gustosamente. En poco tiempo la casa alivio del sufrimiento comenzó a llenarse de enfermos que venían de centros vecinos.
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